La mayoría de los cristianos conocen del encanto y la belleza de Francia, pero muy pocos comprenden la profunda necesidad espiritual de la que es una de las naciones menos evangelizadas del mundo. Mientras que Francia es realmente hermosa y atractiva, a nivel espiritual es oscura y poco atractiva.

Francia es una sociedad post-cristiana y post-moderna, con sólo seis cristianos evangélicos por cada 1.000 habitantes. El Islam se ha convertido en la segunda religión más grande después del catolicismo, pero sólo una pequeña minoría de los 4,5 millones de musulmanes han escuchado el evangelio. El secularismo oficial enmascara un gran hambre espiritual, ya que muchas personas recurren a médiums y prácticas ocultas en su búsqueda de esperanza y significado en sus vidas. Espiritistas, curanderos, la brujería, astrología, misticismo ancestral y todo tipo de prácticas ocultas atraen fácilmente a la población francesa.

Sí, hay todo tipo de oposición. Sin embargo, al mismo tiempo percibimos una gran oportunidad. El Espíritu Santo está trabajando en muchas vidas, y todo lo que tenemos que hacer es asociarnos con lo que Él ya está haciendo en esta influyente nación.

Dios nos ha llamado, y tenemos algunas ventajas que nos ayudan excepcionalmente a llegar a esta comunidad.  Conocemos Francia. Mi esposa Emilie es francesa, creció aquí, estudió y trabajó aquí, y conoce el idioma. Todas nuestras niñas nacieron aquí. Nuestras hijas y yo hemos aprendido el francés, y no tenemos necesidad de lidiar con visas. 

Nuestra experiencia pasada como familia viviendo en el extranjero, así como el hecho de que Cristian no sea latino, han sido vitales para ayudarnos a entender y construir una relación con los inmigrantes, y también con nuestros vecinos franceses.

Como misioneros hemos sido entrenados para alcanzar a aquellos que nunca querrían entrar en una iglesia. Y estamos familiarizados en evangelizar en países donde no lo podemos hacer públicamente, y no nos incomoda.

Estamos acostumbrados a la diversidad cultural y hablamos diferentes idiomas.

Hacer discípulos es algo que hemos estado practicando durante años.

Tenemos el apoyo de otros líderes locales.

Nuestro corazón es llegar a esta nación... juntos.

Emilie y yo ya hemos dado todo para llegar hasta aquí. Para ayudarnos financieramente hemos lanzado un negocio de micro empresa para complementar los ingresos que necesitamos para funcionar. Equilibrar el tiempo y la energía es un sacrificio, pero estamos completamente entregados a esta visión.

Nuestro objetivo no es sólo un evento aislado o un "pantallazo". Nos hemos preparado diligentemente para el largo plazo. Estamos aquí para hacer discípulos de Jesús en Francia, y somos consientes del desafío y el tiempo que eso puede tomar. Emilie y yo podemos hacer un impacto, con las pies en este terreno que parace ser duro... con tu ayuda.

Ayúdanos a alcanzar a Francia y ministrar el corazón de una de las naciones más influyentes del mundo.

 Ayúdanos a llevar al pueblo de Francia... ¡a Jesús!